Los conflictos suelen ser situaciones difíciles, desagradables de enfrentar y, quizás lo más importante, te dan la sensación de que algo importante para ti está siendo amenazado. Descubre cómo el conflicto puede ser una oportunidad para crecer como persona.

Una visión clásica del conflicto lo define como una situación en la que dos o más partes tienen intereses, necesidades o valores incompatibles, pero esta visión puede estar limitando nuestras posibilidades frente al conflicto.

Muchas veces las formas de enfrentar el conflicto generan ansiedad y, lo peor de todo, es que no terminan por resolver nada.

Todo conflicto tiene detrás algo que te importa. Sea material, mental, emocional o espiritual, muchas veces nos cerramos tanto en tratar de dar respuestas en la superficie que no somos conscientes de lo que hay debajo de todas esas necesidades.

Hay conflictos que se pueden resolver y otros que se pueden transformar. Indagar en los intereses de los involucrados puede llevarte a encontrar cuál es la naturaleza del conflicto para abordarlo de la mejor forma.

Las personas suelen funcionar bajo la suposición de que en los conflictos no hay suficiente para que todas las necesidades e intereses sean satisfechos. Esta perspectiva la podríamos llamar mentalidad de escasez y podría llegar a ser bastante limitante.

Muchas veces no puedes elegir si tienes o no el conflicto. Pero sí puedes elegir tu perspectiva desde dónde lo miras. Este es el punto crucial donde puede radicar tu éxito.